Capitulo 9º: "Amenaza"
Despierta, tras pasar parte del dia y la noche tumbada a las hierbas de aquel cálido bosque, la chica no pudo evitar sentirse triste y mal de haber abandonado su pueblo.
- ¡No puedo irme!- se dice así misma- es la primera vez que me siento bien y necesaria en un sitio.
La chica cogió su bolsa y comenzó a andar camino de vuelta al pueblo.
- Pero si regreso- decía para sí pensativa- puedo... puedo hacerles daño.
Se giró, se puso espaldas al pueblo.
- ¿Egoísta?- se pregunto- ¿No es mas egoísta ir donde quiero y cuidar aquellos heridos que yo misma he provocado o que he matado o tal vez es mas egoísta irme de aquí, partir y dejar al pueblo en paz tal y como estaba antes de que llegara yo?
La chica miró al cielo y recordó a todos aquellos enfermos que cuidó y que le pagaron el favor con una sonrisa acompañada de lagrimas de agradecimientos, eso, eso era recompensa suficiente. Ella no pudo evitar llorar.
- ¡Podré, podré controlarla!- se dijo así misma y comenzó a caminar rápidamente hacía el pueblo.
No tardo en llegar al pueblo, estaba contenta, pero a la vez algo preocupada, algo la inquietaba de forma especial. Llegó a la altura de la posada, y la gente..., la gente le saludaba contenta.
- ¡Habéis vuelto!-dijo la gente - ¡Nos alegra veros, Darky!
La chica sonreía y saludaba a la gente. Comenzó a dar un paseo por el pueblo.
Magneto y Xardas llevaban ya un buen rato luchando, Xardas era claramente superior a Magneto.
Magneto estaba herido por todos lados de resistir los golpes.
- No eres tan bueno- le recriminó a Magneto.
- Ni tú- le respondió Magneto.
Xardas volvió al ataque con una bola energética que acertó a Magneto lanzandolo contra la pared. Magneto a duras penas pudo levantarse, estaba bastante dañado.
- Me has sorprendido, Xardas- le dijo Magneto- pero aún guardo un As en la Manga.
Magneto empezó a concentrarse a topé.
Xardas estaba empezando a ponerse nervioso.
- ¿Como es posible que conozcas ese hechizo?
- Sé que es muy posible que muera usándola, pero te llevaré conmigo- contesta Magneto decidido.
Magneto hizo una gran explosión de energía. El Brujo recibió el golpe y salió despedido por la ventana.
A duras penas Magneto consiguió el antídoto y se lo tomó. Estaba en un baul que se acababa de descubrir tras la explosión y que se abrió al derrotar a Xardas.
La espada se volvió a convertir en un báculo. Y con posiblemente sus ultimas fuerzas consiguió abrir un portal hacía el pueblo.
Al cual accedió y llegó al pueblo sin conocimiento. Magneto necesitaba atención inmediata, estaba en una especie de coma en mitad de la plaza.
El posadero se encontró con Magneto tirado en el suelo. Le recogió y le llevo a la posada.
Comprobó que respiraba, pero que no reaccionaba a ningún estimulo.
Le llevo a una de las habitaciones libres.
La chica tras estar toda la tarde de "cachondeo" con los pueblerinos, notó que ya era muy tarde, así que marchó a la posada.
El posadero se alegro de verla y le dijo que el mago estaba inconsciente desde hace mas de 4 horas, que lo había llevado a una habitación.
La chica subió rápidamente, y comenzó a aplicarle los conocimientos que tenia.
- ¡Déjame sola con el, necesito concentrarme!- dijo asustada pero aparentemente tranquila, debía estarlo si pretendía salvar la vida a Magneto.
La chica hacia todo lo posible por despertarlo y sacarlo de ese estado.
Pasó una hora hasta que el Mago empezó a mover muy poquito los dedos de la mano. Movió solo unos centímetros.
Su cuerpo estaba lleno de heridas.
Tras unas dos horas aproximadamente empezó a abrir los ojos.
Magneto estaba despertando.
Allí vio de nuevo a la chica de la que oficialmente no conocía el nombre.
- ¿Me dirás ahora tu nombre?- le dijo Magneto sonriendo.
- ¡Ni lo sueñes!- contestó ella.
La chica comenzó a mojarle la cara con agua y gasas limpias, mientras le acomodaba la almohada.
- ¡Vale!- contesto Magneto mirándola- ¿Donde esta mi báculo?, bueno, ya no importa.
A Magneto se le veía alegre. No estaba como siempre y ahora tenía mejor color de piel. Ya no tenía su sangre envenenada y estaba tranquilo porque ya no tenía que volver a preocuparse de Xardas.
- Hoy te noto diferente... te estoy curando, pero no me parece estar tratando a un enfermo- le dijo la chica- tienes buen aspecto.
La chica se limpiaba las manos y recogía sus cosas.
- ¡Duerme, estoy en la habitación de al lado para lo que quieras, da toques en la pared!- le dijo a Magneto.
La chica salio de la habitación.
Magneto había hecho caso y dormido un poco.
Se despertó enseguida, no estaba cansado y se sentía energico.
- ¡ME SIENTO VIVO!- gritó emocionado sin darse cuenta de que estaba gritando. La emoción le embargaba.
- ¡Ups, menuda voz he pegado!- pensó Magneto.
La chica que leía en su cuarto oyó una voz y se asusto, casi se cae de la cama.
- ¡Pero sera...!
La chica comenzó a meter leñazos en la pared contigua a la habitación de Magneto.
- ¡ESAS VOCES!- le gritó ella.
Por un momento calló y pensó, al poco sonrió y comenzó a reírse. Se había dado cuenta que hacia tiempo que no se sentía tan bien. En realidad desde que le conocía nunca estuvo así.
- Ostras, lo siento- pensó Magneto.
Se había dejado llevar por la emoción.
- ¡PERDONA!- grito Magneto en respuesta.
Magneto sabía que se había emocionado bastante.
- Ahora que lo pienso, soy mago, lo único que me impedía curarme era mi sangre envenenada- razonó Magneto.
Magneto se levantó. Desde fuera se pudo ver un resplandor azul y ya no tenía ni una cicatriz.
Magneto se acercó a la puerta de la chica y llamó.
- ¿Se puede pasar?- preguntó sin abrir la puerta.
- Claro- contesto ella levantándose de la cama a abrir la puerta -¿Quieres algo, con esos escándalos que estas formando?
Se le escapó una sonrisa.
- ¡Por fin he conseguido verte sonreír!- le dijo Magneto sonriendole.
La chica lo miró con cara de extrañada.
- ¿Quieres algo?- dijo empezando a ponerse nerviosa- ¡Estoy ocupada!
- ¡Perdona, solo venía a darte las gracias por todo lo que has hecho por mi y...- Magneto bajo la cabeza- ...decirte que gracias a tí he podido volver a confiar en la gente.
Magneto se quedo mirándola esperando su respuesta.
La chica se ruborizó momentáneamente al notarse tan observada y en un momento que al parecer se había tornado "cariñoso".
- ¡ehehe...eh!- dijo ella- No tiene que dar las gracias...yo ... lo hago por mi porque me si...
La chica se dio la vuelta y se fue a hacer la cama, recoger sus cosas, hacer movimientos innecesarios...
- ¡Me gustaría acompañarte en tu viaje, como ves ya no estoy tan palido- le dijo Magneto desde la puerta mirándola.
Ella tardo en reaccionar.
- Creo que se ha puesto nerviosa con lo que la he dicho- pensó Magneto- normalmente me hubiera mandado a algún sitio muy lejano.
- ¿Viaje?...- se pregunto ella- ¡No pienso moverme del pueblo!
Se quedó pensativa.
- ¿Que esta mirando?- se dijo en su cabeza.
Pronto volvió a hablar.
- ¡Además... he decido esperar... ya no buscaré más- termino diciendo.
La chica empezó a sacar las cosas que había guardado.
- De acuerdo, pensé que decidiste irte, me parece genial que te quedes- respondió Magneto- yo también tengo pensado quedarme, me has salvado la vida ya tres veces, que se dice pronto.
- ¡Eres un exagerado!- respondió ella un poco sonrojada.
La chica ya no sabia que hacer.
- ¿Algo más..?- preguntó ella.
- Creo que te estoy molestando- dijo Magneto- ¡nos vemos luego! ¿vale?
- No, nada- dijo la chica mientras se despedía con la mano.
Magneto bajo las escaleras y el posadero sorprendido de verlo de pie se acercó a él.
- Me alegro de verte tan bien- dijo alegre.
- ¡Por fin soy como debería ser!- le respondió Magneto.
- ¿Que hará ahora?- le preguntó el posadero.
- De momento no lo sé, en principio voy a empezar a trabajar si me dejas seguir haciéndolo- le dijo al posadero.
- Por supuesto- le respondió el posadero.
Magneto atendía alegremente a la gente que venía a la posada.
Ganó algo de dinero esa tarde con las propinas y lo que le pagaba el posadero.
Subió un momento hacía su habitación.
Se cruzó con la chica que bajaba y le saludo.
Cuando la chica bajó el posadero se le acerco presurosamente, se había acordado de algo.
- Oye, Darky, sabes un extraño forastero que vino hará tres o cuatro días a las tantas de la noche y se alojo en la habitación número siete, y que todavía no ha salido...- decía nervioso- llamo y no responde y soy incapaz de abrir la puerta.
- ¿En serio?- contesto Darky- ¡Voy a ver!
La chica se dirigió a la habitación número Siete y comenzó a llamar y a golpear la puerta.
- ¿Hay alguien?- preguntaba en voz alta.
Magneto salio de una habitación cercana.
- ¿Que sucede?- dijo Magneto sorprendido.
- ¡Por lo visto hay alguien en esta habitación encerrado hace mas de dos dias- le respondió ella.
La chica seguía golpeando la puerta.
- ¿Hay alguien?- seguía gritando.
- ¿Y no sale?- dijo Magneto esto sorprendido.
La puerta se entre-abre al poco. Darky se aventura a entrar.
Sin mediar palabra es agarrada por alguien que la empotra contra la pared y le ha puesto una navaja al cuello.
Se trata del extraño tipo que llegó por la madrugada y que había caido en los zarzales antes de llegar al pueblo.
Con tal acto brusco se le calló la capucha hacia atrás dejando ver todo su rostro.
- ¡Ah!- dice asustada Darky- ¿Se puede saber que haces?
La chica forcejeaba contra él.
- ¡SUÉLTALA!- dijo Magneto entrando de golpe y apuntándole con una bola de energía azul.
El tipo reía.
- Pobres ilusos, no saben donde entran- pensó el extraño y amenazante individuo- pero no parecen hombres de Dalfor, pero.... aún así es mejor asegurarse.
Retuerce la mano de la mujer y se coloca a su espalda. De tal forma que la deja cara a Magneto mientras aun presiona con su navaja en el cuello de Darky.
Capitulo 10º: "Adiós, Nohad"
Darky esta inmovilizada. El amenazante individuo la tiene cogida y con una navaja al cuello.
- Bien divirtámonos un poco- piensa el extraño individuo.
Suelta la mano de la muchacha, pero presiona más fuertemente su navaja contra su cuello.
Con la mano libre cojo otra de sus navajas, y con esta nueva arma en la mano, la acerca hacia su vestido y empieza a rajarlo a la altura del escote.
- Veamos la reacción de su amiguito- piensa- y veamos si son capaces de divertirme.
Magneto invoca un escudo que la cubre a ella con el cual no podría seguir haciendo daño a la chica, a no ser que le venciera a él que no podía tener escudo si se lo puso a ella.
La magia de magneto causa una reacción de sorpresa, la chica se mira las ropas, se enfada un poco.
- ¿Que estas haciendo? ¿Estas enfermo?- decía la chica mientras forcejeaba- ¡SUÉLTAME!
Termina de rajar el corsé de la muchacha, dejando escapar sus pechos, noto como la magia recorre su cuerpo.
- ¿Un Mago?- pensó para él, mientras reía- Hemos tenido suerte pues, me sera util.
Empuja a la muchacha contra el mago haciendo que ambos tropiecen mutuamente, y rápidamente saca de dentro del armario su bolsa, antes de que él mago pueda preparar otro hechizo saco su arpa y se prepara.
La chica se levanta de encima de Magneto, se tapa presurosamente los pechos, está colorada como un tomate, y comienza a temblar, mientras susurra.
- ¡Basta, para ... ¿por que haces... esto?- le pregunta al extraño.
Magneto al haberse roto el escudo quedo un pelin atontado, sobre todo al llegarle la chica de esa manera, cosa que le dejo muy colorado. Apresuro a levantarse y a colocarse delante de la chica. Tenía claro que le debía su vida.
El extraño hace un gesto con la mano provocandoles, una invitación a que vengan a él, prepara su arpa. Mira los pechos de la chica y sonríe lascivamente.
- Je, no pienso acercarme, puedo atacarte desde aquí- responde Magneto mientras carga en su mano una bola azul de energía.
La chica levanta el rostro, prácticamente sus ojos verdes cristal se tornaban en un remolino rojo, que casi no se distinguía con el color de su cara. Se puso en pie con una mano cerrándose la ropa, y con la otra con el puño cerrado tembloroso.
- ¡ERES UN IDIOTAAAAAAAA!- grita muy enfadada.
Toda la posada parecía temblar.
El extraño sonrió, miro al mago, sus labios no dicen palabra pero en ellos se denota una palabra, "atrévete". Sus ojos miran desafiantes a la muchacha, que parece estar poseída mientras sus gritos deben oírse en todo el pueblo.
- Me estoy divirtiendo - piensa el extraño- ¡pero pronto me cansaré de la diversión...pobres ilusos!
Magneto empieza a lanzar un grupo de bolas de energía hacía el enemigo que van directas hacía el arpa. Magneto intenta destruirlo.
La chica recibe los impactos de Magneto, se puso delante. Suelta la mano que sujetaba su corte en los ropajes y se quita la túnica, dejando lucir su modelo de ropas cortisqueadas y provocativas. La chica se gira hacia magneto y en tono sarcástico exclama:´
- ¡Au ...! ¡Eso... eso a dolido!
Sus ojos se han vuelto del color de la sangre.
Vuelve y mira al chico del arpa.
- Y bien encanto, ¿Que vas a hacer con eso?- le dice al extraño del arpa de forma insinuante.
Magneto se levanta preocupado por la chica y lleno de irá se lanza hacia el enemigo cubierto por un aro de fuego mágico.
- La chica parece otra- ríe el extraño del arpa- me ha tocado una loca. Muy bien, veamos. Se insinúa ante mi y me provoca con las palabras y sus movimientos.
Cuando Magneto esta cerca de una patada para todo su ímpetu. Magneto cae de espaldas. Ha recibido un buen golpe. El tipo extraño se defiende bien.
- Cuerpo a cuerpo no conseguiré nada- piensa Magneto.
El extraño sonríe y salta por el hueco que provoca él de un golpe de puño, paso entre las llamas que extrañamente o por algún despiste en el combate se ha producido y se lanza desde el segundo piso. Dirige su mirada hacia arriba.
La chica salta desde la ventana hacia abajo.
- ¡Espera cariño!- le dice insinuadamente.
- Que divertidos son- piensa el extraño mientras rié.
Hace un movimiento con el arpa, la chica al recibir el impacto sonico vuela de nuevo al interior de la habitación.
La chica saca su daga de la bota y vuelve a saltar.
Magneto se lanza a por el enemigo lleno de rabia y salta al piso inferior.
La chica cae al suelo, y mira frente a frente al chico del arpa.
Magneto se encuentra al otro lado de la chica, al lado opuesto con respecto al enemigo.
- Ya me he aburrido- dice el extraño- Múltiples acordes, "Canción del Descanso", Efecto tranquilizante y confusión mental.
De su boca empiezan a fluir las palabras, la voz resuena en todo el pueblo, es lo mas maravilloso que han oído nunca, solo con escucharla el animo disminuye y la mente se bloquea, simplemente escuchas la canción, la gente se queda anonadada escuchando el canto de un ángel en la tierra. Magneto y Darky caen al suelo, pero se están quietos escuchando el sonido de su voz, lentamente se va marchando calle abajo mientra los acordes suenan aún y las mentes vagan por lugares idílicos.
- ¡Soñad tranquilamente guerreros!- dice despidiéndose- estoy seguro de que nos volveremos a ver. Además Van Talenor, el maestro bardo nunca olvida una cara, y mucho menos la de esa joven tan bella.
Cuando la magia melódica acaba el extraño hombre del arpa ya ha desaparecido.
Los ojos de la chica se torna verdes tranquilizados.
- ¡Sus acordes... sus acordes me han hecho controlarla!- piensa Darky.
Miraba hacia donde se había ido el tipo del arpa con cara de desilusión.
Magneto a duras penas se mueve a ver como esta la chica.
- ¿Estas bien?- le pregunta Magneto.
- ¿Donde esta...?- le pregunta a Magneto.
Con tanta efusividad la chica se puso de pie.
- Él ... el lo ha hecho- le dice a Magneto.
La chica movía su cabeza rápidamente de un lado a otro buscándole.... pero fue en vano, de repente, se dio cuenta de la poca ropa que llevaba. Se tapó y se puso roja... y miraba a magneto. sus ojos describían una pregunta de que si se las había visto.
Magneto no entendía la mirada de la chica, entender a las chicas nunca fue su punto fuerte, se levantó, también estaba algo rojo.
- ¿Tienes alguna herida que pueda sanarte?- terminó preguntando.
- ¡PERVERTIDO!- le gritó a Magneto.
La chica corrió a la posada a coger su túnica, dejando a magneto entre de pie y cayéndose.
- ¿Pero que...?- se quedó preguntándose Magneto- ¡nunca la entenderé!
Se quedó pensativo.
- ¿Quien era ese?, es muy poderoso, puede que la próxima vez no tenga tanta suerte- pensó Magneto.
Magneto salió al exterior a ofrecer su ayuda mágica a los aldeanos.
Invocó lluvia para parar el incendió de la posada. Por suerte todos pudieron salir.
Magneto estaba ayudando a los aldeanos. Él estaba agotado. Había ayudado al posadero a arreglar los desastres en su posada a base de martillo, madera y clavos.
- ¿Donde se habrá metido la chica?, parece que después del incidente le de vergüenza verme- pensaba Magneto- la verdad es que ella es... ¡debo concentrarme en lo que debo hacer, por dios, soy un mago, no puedo pensar en esas cosas!
Magneto intentaba censurarse hasta en sus pensamientos. Intentaba negarse a una realidad. Se fue a dormir, no podía parar de pensar en ella y en el incidente.
- ¿Por que no podré quitármela de la cabeza?- pensaba él- ¡como mago que soy no puedo dejarme llevar así!
Magneto intentaba pensar en otras cosas, pero todo era inútil.
Se fue a dormir. Aquello le había afectado más de lo que él nunca pudo pensar.
Tras un día "tranquilo" y "calmado" anocheció en Nohad. Todos aparcaban ya sus labores y se reunían en el cálido ambiente familiar. Aquellos solitarios que pasaban la noche a la deriva o en la apartada habitación donde habitaban recogían sus cosas para pronto acostarse y acabar con un día mas de sus vida.
Magneto se levantó de la cama y se vistió, salio por la puerta, aún estaba atontado y seguía pensando en la chica, en como reaccionaría si se cruzase con él. No sabía que hacer.
- ¡No debo volver a cometer el mismo fallo!- se dijó a si mismo.
Magneto tenía miedo, ese nuevo enemigo le tenía trastornado, su manera de hacer las cosas, su poder, era más poderoso que el brujo y por segunda vez en su vida tenía miedo. Salió de la habitación.
Magneto buscaba a la chica. Quería hablar con ella. No estaba por ningún lado.
- ¿No la habrá sucedido algo?- pensó Magneto.
Volvió a su habitación.
- Lastima que me robaran la mochila, me hubiera sido muy útil aquí- se dijo Magneto.
Y la noche cayó sobre Nohad, como un manto iluminado por luciérnagas.
El mago y la chica, permanecieron en el pueblo pero por un tiempo no coincidieron.
Aquel Maestro del arpa, nunca mas fue visto.
La tranquilidad volvió a reinar en Nohad.
((FIN))
No hay comentarios:
Publicar un comentario