Primero deberia decir los que participamos en la historia, y pediros paciencia, que tengo que adaptar 20 páginas, tampoco son demasiadas, pero ahí estan.
Participantes de la Partida:
-------------------------> LaidyDark (También Master)
-------------------------> Tenshi Umi (Jugador)
-------------------------> Magneto (Ese soy yo)
-------------------------> Vanfa (Jugador)
Adaptación desde: Foro de Ojos Negros
Introducción Original por: LaidyDark
Nohad, era un pueblo pequeño y humilde, pero tremendamente hospitalario y acogedor. Por él, pasaban muchos viajeros a lo largo del día, comerciantes, caballeros, buscadores de recompensa...
El pueblo tenia pocos habitantes, sus casas no eran mas altas que lo arboles, y sus mercados eran el centro de reunión de la mayoria de las muchachas y jovenzuelos que buscaban algo mas que pan y fruta.
Las personas mas experimentadas y ancianas se sentaban en la puerta de sus casas, esperando a que vecinos y vecinas les contaran el panorama del dia de hoy.
En la plaza mayor, una pequeña fuente rodeada de numerosas bancos de pierdra, donde los cansados viajeros solian reposar tras almorzar en la "Choza del Cerezo", donde servian los mejores asados de millas a la redonda. En la plaza, solian reencontrarse viejos amigos, y tambien desconocidos que mantenian largas charlas sobre sus proezas y aventuras, mientras que algunos simplemente alardeaban de su mistica fuerza.
La casa mas grande del pueblo era "La Posada del Viajero", cuya altura superaba la de un arbol, ya que tres hombres de alto tenia; Alli los viajeros pasaban las noches y descansaban de su arduo camino.
La mañana ha abierto su manto ... y ahora, el pueblo despierta...
Cápitulo 1:"Ofreciendo ayuda"
Un viajero misterioso se acerca al pueblo con un báculo. Lleva una bolsa a la espalda y su ropa es de campesino, pero algo destrozada, parecia llevar mucho tiempo andando, pero se mantenía en buena posición al andar.
No era muy mayor, era de aspecto joven y agil y nada feo.
Mientras tanto en otra parte del pueblo acababa de llegar otro chico de aspecto mas joven que el anterior, casi parecia un niño, paseaba por el mercado tranquilamente intentando pasar desapercibido, llevabá la cara tapada por una capucha, además de unos guantes, unas botas y una mochila en el hombro, la gabardina y la capucha ocultaban casi todo su aspecto, como si tratará de evitar que el sol diera en su piel directamente.
El joven de la gabardina se dirige hacia la posada, ya que al parecer el sol le molesta mucho, como no tiene dinero para pagar la posada le roba la bolsa del dinero al primero que ve muy agilmente, con la suerte de encontrar dinero de sobra en ella.
De la posada del viajero, sale retirando las cortinas de la puerta principal, una joven dama de unos 20 años de edad, su cabello emitió un rayo azulado con la luz de la mañana. Su melena negra se movia al son de la brisa y sus ojos verdes cristal pestañeaban constantemente ante la excesiva iluminacion del sol.
Vestida con unos atuendos oscuros, y con unas bolsas de piel a las espaldas se dispuso a ojear que tal iba el dia en Nohad.
-¡Como siempre! - piensa la chica -, muchas caras nuevas, apenas te da tiempo a acostumbrarte a unas cuando aparecen otras.
La chica se dirige ahora a "La Choza del Cerezo a comer algo.
Mientras sale de la posada se encuentra con el chico de la gabardina. El chico ni siquiera cruza la mirada con ella, entra en la posada y se sienta en una silla del recibidor.
El chico del báculo no tardó mucho en entrar en el pueblo, pues quería buscar una posada, el problema era que tenía que buscar una en la que con lo poco que tenía pudieran aceptarle, pero no sabia donde ir y aprovechando que habia bastante gente en el mercado se acercó a preguntar a un anciano.
-"Hola, buenos días, soy nuevo por aquí y buscaba una posada"- le dice el chico con una voz madura pero suave.
-"Hola, buenos días, hay una no muy lejos de aquí, al final del mercado"- le contesta el anciano
-"Gracias, hasta luego"- le agradece el chicó del báculo
-"Hasta luego y que tenga suerte"- le dice el anciano.
Se dirigiá ahora a donde el anciano le señaló.
Enseguida se percató de que alguien iva detrás suyo.
El chico sujeta fuerte el báculo y se gira rapidamente para ver al sujeto.
Cuando este se despierta se encuentra tirado en un callejon cerca del Mercado, solo tenía su ropa, ni báculo ni nada.
Al apenas dar unos pasos se percató de tener las manos llenas de sangre. Era sangre procedente de su costado, le habían herido, le habian sorprendido y robado todo. Necesitaba ayuda para curarse.
Buscando ayuda se dirigió a la posada, pues no estaba muy lejos de allí, entro dentro, la gente se le quedo mirando y el sin poder evitarlo y debido a las heridas se derrumbo allí mismo.
El chico de la gabardina que allí se encontraba sentado en una silla y con la cabeza recostada en la mesa se despertó. El chico mira el charco rojo y se levanta del asiento para coger al sujeto inconsciente de la camisa.
- ¡Un vaso, por favor!
Al momento le traen un vaso de cristal y lo coloca debajo del chico que se desangra hasta que se llena, aparta el vaso y deja caer el cuerpo del chico. Deja el vaso sobre su mesa y vuelve a echar una cabezadita ante los ojos de la asombrada y temerosa gente.
La chica de la melena negra paseaba absorta y tranquila por el mercado cuando de repente la gente corria en direccion contraria a la que ella se dirigia mururando .... una, dos, tres personas dejó pasar, cogió a la 4 que corriá del brazo.
- ¡Oye!, ¿que pasa?, ¿que ocurre?- preguntó sorprendida la chica.
- ¡Hay un hombre desangrandose en la puerta de la posada! ¡Vamos a verlo!
- ¿Como?- dijo sorprendida la chica.
Se dirigó corriendo, junto con la mayoria a ver que ocurria.
La chica llega corriendo a la posada al cabo del ratino junto con más gente, alli habiá una marabunta de gente, pero nadie hacia nada.
- ¡Apartense! ¡Quitense por Dios!- gritó la chica intentando ayudar al chico herido.
Apartó bruscamente a la gente ya que no se movian.
- ¡El chico ha perdido mucha sangre!- Piensa en sus adentros preocupada y centrandose en la situación.
Abrió su bolsa de medicinas, y sacó vendas limpias. Le desquebrajó la ropa y comienzó a vendarle el dorso.
- ¡No se queden mirando!- ordenó la chica a voces a los pueblerinos- ¡traigan agua!
Ante los gritos la gente comenzó a moverse.
- ¡Pueblerinos desentrenados, tanta vida pacifica.... no saben hacer nada fuera de lo normal!- pensó la chica en sus adentros.
- ¡Rapido ayudenme a subirlo a una habitacion!
El hombre de la posada la cogió del hombro mientras subian entre dos hombres y la chica al chico y le dijo :
- ¿Piensas pagar tú su habitacion, jovencita?
- ¡Claro!- contesta indignada- ¿me ves cara de bribona?
Suben al chico y lo tumban en la cama.
La chica agradece a los demas hombres su ayuda y cierra la puerta de su habitacion.
Coge un cubo de agua y junto a unos trapos empieza a limpiar la sangre.
Cápitulo 2: "Tranquilidad"
La chica cogió el cubo de agua, mojó unos trapos limpios y comenzó a mojarle la cara al chico insconciente, ella esperaba que así despertará.
-¡Ey! ¿Me escuchas?.... ¡despierta.... despierta!"- Le deciá mientras le daba pequeños golpecitos en la cara.
El chico empezó a despertarse lentamente e intento levantarse, como reacción, pero lo dejo cuando se encontró con la cara de la chica de frente.
Él estaba un poco mareado y chorreando agua.
- ¡Hola!, ¿Que hago aquí?, ¿quien eres?- dijo algo nervioso por la situación.
- ¡Genial!, ¡la bella durimiente ha despertado!- dijo con sarcasmo la chica.
La chica, mojó otro trapo en agua y se lo lanzó a la cara.
-¡No te levantes!, ¡se te va a abrir la herida!- dijo preocupada la chica.
La chica se sentó en una silla y comenzó a leer un libro evitando toda pregunta de aquel chico.
El chico quedó estupefacto, le sorprendio la reacción de la chica, pero se dió cuenta de que le había ayudado a pesar de todo.
- ¡Gracias!- le dijo a la chica.
Y decidió quedarse quieto haciendo caso a la chica.
- ¡Imagino que estoy ocupando tu sitio!- dijo preocupado el chico-, ¡en cuanto pueda levantarme buscaré un trabajo y te pagaré la habitación!
El chico hizó una breve pausa para coger aire.
- Por cierto, mi nombre es Magneto- se presentó.
- ¡Haces bien en pagarme la habitacion!- dijo la chica friamente-, ya que tu encuentro ha sido ... ¿como decirlo? un siniestro en mi viaje... me has costado una noche mas de alojamiento, yo me marchaba hoy ya...
La chica contestó al muchacho sin apartar los ojos del libro.
- ¡Mas te vale no moverte en todo el dia! - avisa a Magneto- si lo haces vas a provocar mas problemas.... yo estoy descansada.
La chica prosiguió leyendo.
- Lo siento, no quería estorbarte, me lo han robado todo, si hubiera tenido mi báculo aqui...- Magneto decidio callarse.
La chica lo miró de reojo, dejando entrever el brillo de sus ojos entre su pelo negro-
- ¡No tienes que pedir perdon, lo hecho hecho está, ahora solo intenta recuperarte - le dice al chico en un tono mucho más suave.
La chica evita el reojo una segunda vez. Deja paso al silencio y comenzó a leer de nuevo.
- ¡Duerme, será lo mejor!- le dice a Magneto.
Magneto cerro los ojos y decidio hacer caso.
- ¡Espero no tardar mucho en recuperarme!- dijo preocupado Magneto.
De repente tuvó una idea.
- ¡Si no consigo el dinero para pagarte te ofreceré mi protección, te debo la vida!- dijo Magneto muy decidido.
La chica miró con ojos de sorprendida al muchacho, esta vez si dejó ver claramente su rostro, ojos verdes cristal, tal como una esmeralda resplandece a la luz, labios rosados y carnosos, rostro de porcelana y terciopelo, mejillas levemente sonrojadas, y un pelo largo negro que reflejaban la oscuridad de la noche en sus mas profudos reflejos. Su melena caia por su espalda ademas resvalaba por sus hombros hasta tocar sus pechos.
La chica le miró fijamente.
- Aajajajaja... ¿en serio?- no paraba de reir la chica- ajajajaja... ¿de que me sirve un guardaespadas que deja bien clara su inexperiencia dejando que le roben en el pueblo mas pacifico de millas a distancia?
La chica no para de reir.
- Jajajaja, al final estaria yo mas tiempo salvandote a ti que vos a mi.
La muchacha dejó de reir, y devolvió la mirada al libro.
- ¡No gracias, prefiero el dinero!- dijo claramente- No te preocupes, hasta tu mismo tendras prisa en devolvermelo.
A la chica se le volvió a escapar una leve carcajada.
- ¡Busca trabajo nada mas que te recuperes!, creo que en la cuadra buscaban mozo que cuidara de los caballos mientras los clientes comen... por ejemplo- dice la chica como quien no quiere la cosa.
La chica cerró el libro, lo guardó, y se dirigió hacia la puerta como para irse.
Magneto no hace nada para evitarlo.
La chica sale de la habitacion, se dirige al posadero y le pide otra llave para entrar a otra habitacion. Cierra y se tumba en la cama como para dormir.
- ¡Vaya aburrimiento!- piensa la chica.
Cogió el libro y dió rienda suelta a su lectura.
Magneto decidio quedarse mirando el techo.
- Maldigo a ese brujo que aparte de maldecir mi sangre ahora me ha robado el báculo, tengo que encontrar el remedio a ese veneno en mi sangre, que tanto me debilita, no me quedan muchos dias de vida
Lo dijo lo suficientemente alto como para ser escuchado, le cego la rabia.
A Magneto empezarón a salirle lagrimas.
-¡Será mejor que duerma!
Cerro los ojos y se durmio.
El chico de la gabardina se se desperto despues de horas de dormir, la sangre del vaso se a coagulado. Deja el vaso alli y se dirige al mostrador.
- ¡Quiero una habitacion!- ordenó el chico- ¡Y la quiero ya!
El tabernero le mira raro.
- ¡Aqui tienes la llave del atico!
- ¡Me vale! - le contesta el chico.
Cogió la llave y puso el dinero encima de la mesa.
El tabernero quedó sorprendido, habia tres veces más dinero de la cuenta.
Intento decirselo al chico pero este ya se iba para arriba y al ver que al chico no le importba decidió sacar partido de la situación y no decir nada.
El chico entró en la habitación y se echó en la cama.
- ¡Mañana empezaré!- pensó el chico a la vez que se iba quedando dormido.
El día llega a su fin y la noche da comienzo.
Un extraño sujeto lleva tres días corriendo sin descanso, parece que todos los músculos de su cuerpo le vallan a explotar, pero su misión es demasiado urgente para tomar ni tan siquiera aliento.
Su cuerpo agotado no parece opinar lo mismo.
Se derrumba por la ladera de un pequeño saliente, al fallarle las piernas. Rodando cae entre unos matorrales que para peor suerte son espinosos. Se levanta y se saca una espina clavada en la mano.
Mira a su alrededor, a lo lejos se puede distinguir una aldea de pequeñas casas.
- ¡Un descanso me vendría bien, sino dudo que aguante otro día de marcha!- se dice el misterioso personaje así mismo.
Por lo menos intenta convencerse de ello aunque el instinto parece avisarle de que apenas queda tiempo. Al final gana su sentido común y se dirige hacia el pueblo a pasar la noche.
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