Cápitulo 3: "Altercados"
- ¡Sueltame! ..., ¡no! ¡no! ¡dejame en paz! ¡No me toques!...... ¡SUELTAME!- la muchacha de
ojos verdes despertó en la cama Temblorosa ... y de un sobresalto, empapada en sudor.
- Solo ..... solo ha sido un mal sueño...- pensaba ella para sí.
Se miro a si misma en el espejo de la habitacion.
Al levantarse palpó con el pie un libro tirado en el suelo.
- Me quedé dormida leyendo... que pena - volvio a pensar para sí.
Con cuidado apoyo el pie en el suelo, con cuidado de no pisar el libro.
Se levanto, cogio el libro y se dispuso a asearse.
- De momento asi está bien, ya me pegaré un baño en algun rio q me pille de paso- se dijo en voz baja.
Cogio sus bolsas, y se dispuso a salir de la habitacion para marcharse....
- ¡Eyyyy!Un momento.... el chico ....mi dinero- penso ella.
- ¡Ehem!!...cabeza mia- se dijo en voz baja.
La chica se colocó delante de la puerta, y arqueando levemente el brazo golpeó la puerta.
Magneto se disponia ya a levantarse de la cama, e ir a las cuadras a buscar trabajo.
Se levantó con esfuerzo. Se miro.
- ¡Anda, si tengo la ropa peor que ayer todavia!- dijo en voz baja.
Sono la puerta. Alguien llamaba.
- ¡Adelante!-dijo a plena voz Magneto.
La chica entró en la habitacion, vió al muchacho sentado en la cama, con sus ropajes completamente rotos y abiertos, dejando descubierto el vendaje y su dorso.
- ¿Como te encuentras?- le pregunto la chica a Magneto- ¿te marchas ya?
- Pensaba en ir a la cuadra,- le respondio Magneto- pero con esta ropa, ya me dirás.
- ¡No os quejeis!- dice ella- ¡Ropajes peores he visto!
La chica se dirigio hacia el chico y se puso delante suyo.
- ¿Os podriais poner de pie o tambien os tengo que levantar?- dice ella al verle sentado.
Magneto se levanta con algo de esfuerzo.
- Perdona, no me levantaba por lo del costado -dice Magneto con algo de dolor en el costado.
- Ya....bueno ..- le contesta la chica.
La chica y el chico estaban cara a cara. La muchcha se inclino hacia uno de sus tobillos y saco una pequeña daga curva. Se volvió a levantar tras cogerla.Miró al chico a los ojos, y muy seria le dijo:
- ¿Me permites..?- le pregunta.
- Me estas dando miedo, pero ya que tu me salvaste la vida confio en ti -le dice Magneto confiado.
La chica lanzó un suspiro.
Puso la daga a la altura del hombro del chico.
Corto ambas mangas de las vestimentas de Magneto.
Los habitos del chico caen rotos al suelo. Se queda con las vendas y los pantalones de tela que llebaba.
- ¡Asi estas mejor!- le dice ella.
La chica guarda su daga, abre una bolsita de uno de sus bolsillos y saca unas monedas.
- ¡Toma!, por esto te darán un manto en el mercado - le dice la chica.
Magneto recoge las monedas.
Ella cierra la bolsa y se la guarda.
- ¡Gracias, estas haciendo mucho por mi!-contesta Magneto agradecido- creo que te debo una explicación
a todo esto.
Magneto la miró fijamente con aire sincero.
- No me tienes que explicar nada- dice ella con aire frio- solo darme mi dinero cuando puedas. Lo mas rapido posible.
La chica apartó su mirada de los ojos del chico con indeferencia y empezó a caminar hacía la puerta.
- Voy a hacer cosas por el pueblo- dijo ella despidiendose- ¡Deberias ir a hablar sobre el trabajo de la cuadra antes de que otro se te adelante!
Empezó a abrir la puerta con intención de marcharse.
- De acuerdo, ire a la cuadra- dijo avanzando hacía la puerta también - ¿cuando podré volver a verte?
- No te preocupes- le dijo la chica- yo sabré encontrarte.
Abrió la puerta del todo, la dejo abierta para Magneto que venía detrás y bajo las escaleras para salir por la puerta e ir directo al mercado del pueblo.
- Me hacen falta Vendas... ¿que mas?- pensaba para sí.
Caminaba tranquila.
Magneto marcho bajando por la escalera detras de la chica y despues de cerrar la puerta.
Según bajaba Magneto le paro el posedaro.
- ¿Que tal estas?- le preguntó el posadero.
- Bien, gracias- le respondió Magneto - tú debes ser el posadero ¿verdad?
- ¡Exatamente!- le respondió.
Magneto se percató de un vaso lleno de sangre coagulada en la mesa del fondo.
El posadero se dio cuenta de ello.
- Ah, es sangre suya señor, no me atreví a recogerla - dijo el posadero con ironía.
- ¿Sangre mia? - dijo Magneto sorprendido- ¿y que hace en un vaso?.
Magneto se acerco corriendo a coger el vaso, como pudo.
El posadero le siguio.
La chica paseaba tranquila por el mercado. Notaba mucho alboroto entre la gente.
Se acercó a una tienda que parecia conocer bien.
- ¿Que ha pasado Genri?- le preguntó al dueño de la tienda.
- A mi mujer le han robado la cartera -dijo exaltado - y a unos cuantos mas del pueblo.
Una mujer escuchó la conversación y salió corriendo.
- ¡Hay un ladron en el pueblo!- se fue gritando por la calle.
Otro hombre escuchó a esta mujer y también se sobresaltó.
- ¡HAY UN LADRON AQUI, EN EL PUEBLO!- gritó a pleno pulmon.
- ¡Cerremos nuestras casas... rápido! - se escucho a un barullo de gente.
La gente comenzó a marchar rapido y a encerrarse en sus casas.
- ¿Tienes idea de quien ha sido?- preguntó la chica a Genri.
- No -contestó Genri- dicen rumores que es como una sombra que pasea sobre la multitud cogiendo aquello que necesita.
- Genri- le contesta la chica- sabes que las leyendas no son mi fuerte. ¿Tiene vendas limpias?
La muchacha comenzó a negociar con el hombre.
Terminando los cambios monerarios se giró. El mercado estaba practicamente solo.
- Los pueblerinos se creen cualquier cosa... y surge el panico demasiado facil- pensó la chica.
La chica siguió caminando.
Magneto recogió el vaso de sangre coagulada.
- ¿Por que esta mi sangre aqui? -dijo alterado y poniendose un poco agresivo.
- ¡Tranquilicese señor- le dijo el tabernero- ha sido un individuo bajito con capucha, le levanto
ayer cuando llego y lleno el vaso de sangre, le dejo tirado allí hasta que llego esta chica y nos hizo a todos reaccionar.
- ¡Mi Sangre es Peligrosa!- dijo esto saliendo a la calle con el vaso de sangre en la mano.
El tabernero se quedó dentro a sus queaceres.
Magneto vio a la gente corriendo despavorida a encerrarse en sus casas.
- ¿Que sucede aquí?- se preguntó en voz baja.
La cuadra estaba en frente y el hombre estaba cerrando las puertas.
Magneto corrío como podía hacia la cuadra.
- ¡Espere señor, no cierre!
El señor no le hizo caso y cerró las puertas del todo.
En el fondo podía ver a la chica hablando con alguien, estaban muy distantes y sin darse cuenta se le
presentó un hombre delante con un cuchillo.
- Ey tranquilo - le dijo Magneto algo nervioso del susto de encontrarselo.
- ¡Desde que llegaste tú estan pasando cosas extrañas aquí!- le dijo inculpandolé.
El hombre se ponía en plan agresivo y preparaba su navaja para atacar a Magneto.
- Solo faltaba que ahora me echaran las culpas a mi de todo - pensó Magneto.
Magneto intentaba tranquilizar al hombre esquivando los continuos ataques con el cuchillo.
Con algo de dificultad debido a las heridas, cuando el hombre de la navaja estuvo a punto de darle,
Magneto le dio un empujon con energía magica, se veía como una onda azul que parpadeo muy rápido y
el individuo voló unos cuantos de metros dejando el cuchillo atras.
El hombre se levanto asustado.
- ¡No quería hacerlo -le dice Magneto- pero me obligaste.
El hombre huyo despavorido.
- No me quedo otra alternativa,- pensó Magneto- ¿y donde consigo ahora yo el dinero?
- ¡Tranquilos!- gritaba la chica a la gente del pueblo- ¡Pero razonad un poco! ¡Tranquilizaos!
Los puestos comenzaron a cerrar y la gente se iba a sus casas, los ancianos guardaban sus sillas y corrian a sus refugios.
- ¿Estan todos locos?- gritó la chica- ¡No os van a robar a todos a la vez!
No todo el mundo se habia encerrado, pero la mayoria si. La chica tomó la mercancia comprada y se dirigió a comer algo. Buscaba una choza abierta para comer.
La chica comenzó a alejarse del mercado- dirigiendose a la plaza mayor.
Magneto siguio avanzando en la dirección en que vio a la Chica
- Si se ha ido ella por allí puede que me enteré de lo que ocurre- pensó.
Siguio avanzando con ese proposito y el de ir a comprar lo que la chica le dijo.
- ¿Y donde compro yo esto ahora?- dijó en voz baja.
La chica llegó a los bares. Todo cerrado.
- Maldita sea- pensó.
Y como de entre los libros de un embrujo resultara, desapareció escondiendose entre callejones poco iluminados.
El hombre de la gabardina se sentó en una mesa de la taberna. Había salido a dar una vuelta.
- ¡Que bien se me ha dado el día!- piensa para sí- ¡ya van doce carteras birladas! ¡Tengo para tres semanas!¡Y que divertidos son estos pueblerinos! ¡lo han cerrado todo solo por que he robado un par de bolsas!¡Vamos a divertirnos un rato!
Se levantó de la silla en la que se encontraba y salió de la taberna. Fué hacía el mercado en el cual había menos gente que la ultima vez. Iba buscando "objetivos" mientras paseaba por el mercado.
Al no ver a nadie disponible se adentró en los callejones de la ciudad.
Despues de caminar un rato ve en un esquina a 2 tios hablando.
- Jaja... - se reía uno de ellos- pues no veas lo que hice el otro dia. Atraque a un extrangero y le robé este báculo y un puñao de cosas más.
Se acercó sigilosamente el hombre de la gabardina. Y cuando estuvó practicamente al lado suyo se mostró durante un segundo, pegando un salto y dandolé una patada en la boca al que había hablado dejandolo en el suelo. El otro dió dos pasos hacia atrás e intentó dar un puñetazo al de la gabardina, el cual le esquivo facilmente. El hombre de la gabardina se canso y le dió un codazo en las costillas tirandolo al suelo.
- Pues ahora te lo robo yo a tí- dijo a los dos hombres que tirados e insconcientes estabán.
Cogío el baculo y la mochila del tipo y se fue tan sigilosamente como había venido.
Magneto siguio avanzando, no había nada abierto y la chica había desparecido.
- ¡Que rapidez!- dijo asombrado al no ver a la chica.
Magneto decidio dar una vuelta e ir a un prado cercano, había visto caballos salvajes por allí antes de llegar.
Decidio ir a verlos más de cerca.
- ¡Algo tengo que hacer!- penso para si.
Magneto pudo acercarse a los caballos salvajes gracias a su empatia con los animales. Un Caballo Robusto Negro se le acercó el primero.
- Buen caballo, creo que tu me vendrías bien- penso.
El caballo relincho enseguida.
Magneto lo empezó a acariciar, cualquiera no podía hacer esto tan rapidamente como él.
Al poco rato consiguio montarlo sin sillin.
Magneto dio una vuelta galopando en el caballo. Incluso llego a pasar a bastante velocidad por el prado saltanto alguna que otra charca.
Y había hecho amistad con el caballo.Ya sabía que a un silbido de él el caballo acudiría.
- Me viene genial este don- penso.
Magneto se bajo del caballo y los caballos se marcharon al galope.
- ¡Tendre que ponerle algún nombre!- dijo mientras pensaba en el.
Volvio al pueblo, donde parecía que todo se había tranquilizado un poco.
Algunos puestos volvieron a abrirlos y por fin pudo comprar lo que la chica le dijo. Se lo puso.
Salio más barato de lo que esperaba. Ahora llevaba una especie de manton de color azul.
- ¡Ahora e de ir a por el trabajo!- y se animo a si mismo a ir.
Cuando llego al establo el trabajo ya lo tenía otra persona.
- ¿Y ahora que hago?- dijo algo fastidiado.
Decidió ir a ver si podía trabajar aunque fuera haciendo recados a la gente.
La gente no se fiaba de él.
- Vaya planteamiento- dijo disilusionado- ¿Que puedo hacer? Nesesito devolverle el dinero, no quiero ser una carga.
De repente se acordo de algo.
- ¡Se me estaba olvidando la verdadera razón por la que vine!- dijo.
Magneto tenía que buscar el antidoto al veneno que le estaba debilitando.
- Debo pedir ayuda en mi busqueda, se que el antidoto esta en este pueblo- dijo- Iré al bosque más cercano a recoger plantas.
Magneto silvó y el caballo vinó a recogerlo. Monto y se largo cabalgando hacía el bosque.
Capitulo 4: "Crimen"
La luna comienza a aparecer por el horizonte. El pueblo ya se ha quedado solo.
- La noche es mi aliada, la oscuridad mi compañera- piensa la chica- ahora cuando nadie es capaz de captar mi presencia, es cuando ellos son mas vulnerables.
La chica comenzó a caminar sigilosamente por el pueblo, por las calles mas oscuras, estrechas y peligrosas, quien sabe lo que podria encontrar por alli. Aunque ella parecia muy segura de lo que estaba haciendo.
En su camino vio algo de actividad nocturna en un callejon, en la parte mas deshonorable del pueblo. Donde solo la escoria iba.
- ¡vaya!- pensaba ella- jejeje ¿Fiesta?
La chica soltó la bolsa, y la escondió, no sin antes sacar algo que relució a la luna, y se lo escondió en las amplias mangas de su tunica.
Con pasos firmes y serenos se fue acercando a aquel grupo de hombres. Rapidamente al oir pasos los hombre la miraron, sin saber ni siquiera que era un mujer. Encapuchada ella era un blanco muy sospechoso.
- ¡EHHH!- la llamaban- ¿Quien eres? ¿Que haces aqui? ¿Te has perdido? ¡Largateeee!
Ella siguio acercandose a ellos.
- ¡Eh tio!- dijo el otro al ver que la persona que se acercaba no hacia caso- ¿No te has enterado O que? ¡Que te pires!
Ella se paró un instante y murmuró en voz baja.
- ¿um? .. ¿tio? jejeje.
Siguió caminando hacia ellos.
- ¡Eh, capullo!- dijo otro de ellos- ¡como te acerques un centimetro mas te vamos a rajar y acabaremos contigo, y cuando ya estes muerto, te saquearemos! ¿Lo has entendido?
La chica se detuvo.
- ¿Vais a saquearme?- dijo con malicia.
- ¡Siiii, eso haremos!- dijo uno de ellos- ¡A eso nos dedicamos!
- ¡Calla joder, no lo vayas contando por ahi!- dice otro- ¡nos inculparan!
- Mala suerte, tendremos que matarle- dice el tercero de ellos y el que tiene mas pinta de violento- ¡lo ha oido y ha visto demasiado!
Los tres hombres comenzaron a acercarse a ella.
- ¿Que hacemos?- dice entre risas el segundo de ellos- ¿le matamos?
- No,- dice el tercero- ¡mejor arranquemosle los ojos para q no pueda identificarnos!
- ¿Estais hablando en serio?- dice la chica medio riendose.
Diciendo eso la chica dejo caer su tunica al suelo, dejando a los tres hombres completamente perplejos. Una tela oscura atada a la cintura que cubria desigualmente hasta sus rodillas y una camiseta muy escotada, que dejaba a la vista mas de lo que un hombre, en esos tiempos podia desear ver. Sus pechos eran insinuantes, y resultó ser un hipnotizador perfecto.
- ¿Os ocurre algo chicos? ¡Ups...vaya! Se me ha caido la tunica- dice ella provocante- ¿Alguno podria ser tan amable de recogerla? Es que me encuentro... tan cansada...
Dijo eso ultimo estrechandose los pechos con una mano.
Uno de los hombre corrio rapidamente a recogerle la tunica tumbada a los pies,pero cuando se agacho la chica chocó su cabeza contra el duro suelo de piedra con una patada con el talon en la nuca . Los otros dos hombre se quedaron boquiabiertos, pero no tardaron en reaccionar y correr hacia la chica.
En un abrir y cerrar de ojos, la chica lanzo al cuello de uno de los atacantes la daga que guardó en su manga, callendo este al suelo del impacto.
- ¡Vamos, encanto! -dice al que queda, que era el tercero- ¿No te apetece jugar un rato?...en plan...quien saca los ojos a quien.
- ¡Estas loca!- dice asustado y lanzandose a por ella lleno de furia- ¡ESTAS LOCAAA!
- Estupido- dice la chica riendose.
La yugular del 3 hombre estaba cortada. Calló contra una de las paredes del callejon.
Registró los atuendos de los tres malechores y encontró un par de bolsas de oro, dos carteras, y alguna que otra sortija.
- ¡Buen trabajo! - se dijo.
Limpio sus dagas en las ropas de sus enemigos caidos, guardó una de las dagas en las cuerdas de su pierna Y la otra en la bota. Recogio su tunica del suelo, la sacudio y se la pusó.
Caminó de vuelta a la posada, cogiendo su bolsa, y sonriendo.
Entra en la posada, coge una habitacion, la suya, cierra con llave.
- Ya es muy tarde- dijo ella en voz baja mientras se ponia comoda para dormir.
La joven, se durmió sonriendo.
Magneto decide regresar ya del bosque esperando a que la chica hiciese su aparición, se baja del caballo justo en la puerta de la posada.
Decidió ir a buscar una taberna para trabajar sirviendo mesas, estaba decidido a devolverle el dinero a la chica.
Salio en busca de una taberna.
No fue aceptado en ninguna taberna.
Todos los males de la ciudad se los inculpaban a él.
- Siempre me pasa lo mismo- se dijo.
Se quedo en la parte de fuera de la posada mirando el cielo.
- ¿Por que será que me echan a mi siempre las culpas de todo?.
Se quedo un rato en silencio.
- ¿Puede ser debido a que vine de mala manera y de repente llego algo más?- se dijo- en un pueblo como este todo es posible, por lo que estoy viendo.
Se quedo al lado de la puerta mirando el cielo.
De repente se acordo de algo.
- ¿Donde deje el vaso con la sangre?, me había olvidado- dijo preocupado.
Se sobresalto bastante y se movio hacia al frente a buscar.
Magneto tardó algunas horas en encontrar el vaso, pero lo encontró y con la mala suerte de que estaba vacio.
- ¡Ay la que se va a armar!- dijo muy preocupado.
Magneto temblaba solo de pensarlo. Entro en la taberna bastante preocupado.
El hombre de la gabardina venia hacia la taberna mientras registraba la mochila que le habia quitado al ladron.
- ¡Buen botin!,dos dagas, exelentes para algien expecializado en la agilidad como yo,- dijo haciendo recuento de su botin- el baculo de mago, un monton de pasta y tres piedras preciosas enormes...¡mola!
Se guarda las dagas en las mangas. El baculo se lo engancha en el cinturon. Se pone la mochila y se dirige a la posada. Hay es donde se cruza con Magneto que se queda mirando el baculo y sus pertenencias.
- ¡Ey! ¡Ese baculo es mio!- le advierte Magneto mientras se acerca al individuo.
- ¿Tuyo?- dice el de la gabardina- ¡no me hagas reir! ¡Este baculo se lo he chorizado a un ladron, asi que ahora es mio!
- ¡Te puedes quedar con el resto!- le dice intentando convencerle- ¡lo demás no me importa, mi vida depende de ese báculo!
- ¡Lo siento por ti chavalin!- le dice empezando a enojarse- ¡pero he tenido que manchar mis botas de sangre para consegirlo, no te lo dare!
Se dirige a entrar en la posada.
Magneto va detras de el.
- ¡Espera!- le dice - ¡Es muy importante para mi!
- ¡Dame un muy buen motivo para dartelo!- le contesta- he tenido una pelea con dos ladrones o asesinos para robarles esto.
Saca una de las dagas de la manga y con un rapido moviniento la pone a mas o menos 2 cm del cuello de Magneto
- ¡Podria matarte ahora mismo e irme trankilamente!- amenaza - ¿Dime por que tendria que hacer todo lo contrario?
Magneto movio el brazo muy rapidamente y se colocó un escudo mágico, antes de que pudiera moverse un centimetro mas.
- ¿Tienes suficioente razón?- dice Magneto dispuesto a enfrentarse.
- Jajajajaja- se rie- ¡quieres jugar por lo que veo!... pues lo siento por ti pero lo unico que has echo es evitar que te de el baculo
Se guarda la daga y se gira en direccion a las escaleras de entrada a la taberna.
- ¡Espera!- dice Magneto algo agobiado- ¡no quiero luchar!, ¡solo me puse nervioso!, ¡no me gustan las dagas... y menos esas.
- ¡Pues se siente, no tengo ningun motivo para dartelo!- dice sin dejar de caminar hacia la taberna- ¡no se que tienen estas dagas de raro, son unas dagas normales de ladron!
- Eso es lo que parecen- dice Magneto- Si estaban en mi mochila es porque son mágicas y solo yo sé activarlas.
Al oir esas palabras se detiene sin girarse.
- ¿Magicas?- dice bastante interesado- ¿cuanto de magicas?
- ¡Bastante!- dice Magneto convencido- ¿te interesan a cambio del báculo?
- ¡Podria sacarte la informacion y quedarme con todo!- dice amenazante- pero me has pillado de buen humor. ¡Dime como se activan y te dare el baculo!, tienes mi palabra.
- Solo puedo activarlos con el báculo y algo de magía, te doy mi palabra de que haré el trato contigo- promete Magneto.
- ¿solo puedo activarlas con magia? ¿Que tipo de magia?-dice mientras le lanza el baculo con las dagas y sigue dandole la espalda- ¿sirve este?
Se giro dejando ver sus ojos y en su mano una bola electrica.
Magneto se sorprende de que sea capaz de usar esa energia.
- ¡No te sorprendas tanto, la sangre tiene muxos usos y el quimerismo es uno de ellos!- explica - ¡lo bueno es que a mi nivel puedo hacer daño real a cualquiera o a muchos a la vez!
El tipo de la gabardina se lo piensa un poquito mejor.
- Mira, no me hacen falta tus dagas- dice despreocupandose- No me preocupa tu magia. Esta noche me he llevado un buen botin aunque me quede sin las dagas y el baculo. Estoy de buen humor.
Se larga hacia la posada.
Magneto recoge su baculo y sus dagas.
Giró el báculo como dibujando en el aire un portal, entró y detras de él se cerró. Habia desaparecido.
- ¡Que tio ma raro!- dice el hombre de la gabardina- no da ni las gracias.
Entra en la taberna y va a su habitacion donde deja su botin y vuelve a salir a la calle.
Camina por el pueblo a toda velocidad con los brazos hacia atras y la cabeza mas abajo, hasta que ve a una chica joven en un callejon. En ese callejon de repente se oyen golpes.
Despues se larga de alli con la misma velocidad sin molestarse en esconder el cuerpo.
Al llegar de nuevo a la posada entra sin siquiera limpiarme la sangre de su boca. Que el posadero ve, y sube a su habitacion.
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